“Así que ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.” Hebreos 13:15.
Las figuras simbólicas del Antiguo Testamento nos muestran que Dios siempre quiso hacer de su pueblo una verdadera “Casa de Alabanza”. Él ha llamado a sus hijos “Real Sacerdocio”, una Nación Santa destinada para adorarle a Él. Israel en el pasado vivió esta verdad espiritual, pero en el cumplimiento cabal de los tiempos, la Iglesia de Cristo es quien ha sido establecida por Dios para alabarle. Toda congregación local debe ser la expresión viva de este llamado. Existimos para exaltarle a Él. Amén.
A. En el Antiguo testamento encontramos varias estructuras o santuarios que nos muestran por símbolos que el propósito esencial para el cual Dios nos ha salvado, es el de alabarle. David nos enseña al instituir en Israel un novedoso sistema de alabanza que Dios nos libera y redime para que nosotros le hagamos fiesta y celebración a Él Salmo 33; Efesios 1:12.
B. David es el modelo perfecto para enseñarnos de que manera podemos darle a Dios alabanza. Siendo profeta de Dios, él es instruido en esto por Dios y establece diversas formas para alabar al Señor. Estas formas de expresión no son las únicas , pero nos indican que lo podemos hacer con libertad y mediante todo nuestro cuerpo, Veamos:
1. Con instrumentos de viento, cuerda y percusión (Salmo 150).
2. Con voces de júbilo y gritos (Salmo 66:1; 95:1-2).
3. Con danzas (Salmo 149:3).
4. Con las manos levantadas o unidas en aplauso (Salmo 134:2).
5. Reposando (sentados o acostados) (Salmo 149:5).
6. Batiendo manos (Salmo 47:1).
7. Postrados (Salmo 95:6).
8. Con cánticos espirituales, salmos o coros (I Corintios14:15,26).
9. En grupos de danza (corros)
10. Con todo el ser (otras formas) (Salmo 111:1; 150:6; Romanos 12:1).
C. La alabanza en la Iglesia es importante porque:
1. Trae liberación.
2. Desata los dones del Espíritu Santo.
3. Produce gozo y paz.
4. Atrae al inconverso (le acerca a la salvación).
5. Es sanadora y restauradora (ministra al alma).
6. Desata fe y victoria, Además desata unción guerrera.
7. Emociona positivamente a la Iglesia.
8. Nos mueve hacia Dios y hacia Cristo.
9. Nos hace agradecidos y concientes de Dios y Su amor por nosotros.
10. Ahuyenta a los demonios y atrae a nosotros la Presencia de Dios. (Salmo 143:1-2; Isaías 16:14; Hechos 16: 23-26)
D. La Iglesia- Casa de Alabanza es una faceta más en el ministerio del pueblo de Dios. Toda congregación (sin excepción) es parte de la “Casa espiritual” que Dios está edificando. Como tal debe estar organizada para funcionar como una “caja” de música para Él. Es Su Templo o Casa de Adoración (I Pedro 2:5).
E. La Iglesia local debe ser la expresión viva del gozo de Dios en nosotros. Ella debe reflejar la salvación de Jehová y Su victoria. La fiesta y la celebración es el diseño divino para Su pueblo. Amén (Éxodo 5:1; Nehemías 12:27; Salmo 35:4).
F. La Iglesia-Casa de Alabanza es una entidad (organismo) adoradora, que le reconoce a Él como el Señor, entiende el propósito de su existencia y vive para ministrar a su Creador. La “Alta Alabanza” es más que acción de gracias, es adoración pura. La alabanza nos introduce al trono de Dios para tener adoración e intimidad con Él. Amén (Juan 4. 21-24; Efesios 1:12).
G. La Iglesia como entidad de alabanza y adoración recibe el beneficio de la ministración de Dios. En el silencio de la “comunión”, después de adorar Él nos da por Su Espíritu:
H.
1. Animo, fortaleza, paz y amor
2. Palabras de vida y voz profética.
3. Dones del espíritu Santo (sanidades, milagros, etc.)
4. Visiones, éxtasis y profecías por el Espíritu Santo.
5. Visitación angélica y voz audible del Señor.
6. Salmo 133.
I. Una Iglesia-Casa de Alabanza se caracteriza por ser:
1. Adoradora.
2. Jubilosa y celebradora.
3. Tener comunión continua con Dios (y la anhela siempre).
4. Libre y sana.
5. Victoriosa y activa.
6. Llena de gratitud, gozo y victoria. Está llena del Espíritu Santo.
7. Ser ungida y poderosa (Hechos 2:42-44; Filipenses 4:4).
J. La ausencia de la alabanza en la Iglesia sólo trae religiosidad, apostasía y muerte. La falta de alabanza impide la bendición y endurece los corazones. Este problema estimula las obras de la carne y atrae el humanismo y la duda.
K. La intención de Dios es que en esta era de la Iglesia todos funcionen como ministros de alabanza (niños y adultos).
Desde luego que algunos solamente, funcionarán como directores de alabanza (serán líderes en esto), pero todos en la Iglesia deben estar envueltos en el ministerio de la adoración al Señor. La Iglesia local que involucre el mayor número de miembros en esto será exitosa, pujante y avanzará mucho hacia el alcance de los propósitos y diseños divinos.
Debemos ser en verdad una verdadera “Casa de música”